Hay dos días en los que nunca pienso: ayer y mañana.

domingo, 25 de julio de 2010

I'll be...



La noche estaba cayendo y tres estrellas contadas brillaban lejos. Pasé rápido tras oír mi nombre. Fui hacia la esquina más próxima y esperé a que el semáforo se pusiera en verde para seguir con mi rumbo. Llegar a casa. Viniste hasta allí y volviste a repetir mi nombre una y otra vez. Parecías un pequeño disco rallado. Sin duda alguna, el mejor que he escuchado. Desaparecí con un tímido adiós y volviste a ensanchar tu sonrisa con mi nombre otra vez. Qué adorable niño estabas hecho.

1 comentario:

  1. Y es que los nombres en bocas ajenas especiales suenan tan tan bien... que no parecen ni nuestros nombres...

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