Hay dos días en los que nunca pienso: ayer y mañana.

lunes, 19 de julio de 2010

Me, myself and I


¡Qué largo se me hace el verano! Durante todo el curso lo espero, no con muchas ganas, pero lo esper o y cuando llega, quiero que termine. No sé que hacer. Todo me parece una pérdida de tiempo. Ahora me ha dado por irme en bicicleta con mi padre. Cogemos las bicis y Mayer (mi réflex) y emprendemos rumbo hacia Barcelona. Eso ayuda a que piense más. Bueno, ya pienso demasiado así que quizás sólo me despeja un poco.

Hace unos pocos días que decidí que me iría a Murcia con mis abuelos. Al principio la idea no me entusiasmaba pero necesito estar allí. No habrá la gente de todos los años y quizás venga decepcionada (ojalá y no sea así) pero debo ir. Casi tres semanas totalmente off de todo. Preparación psicológica de todo lo que está apunto de llegar.

Creo que todavía no hablé sobre ésto. Estuve haciendo un pequeño musical hace un par de semanas. ¡Menuda experiencia! La adoré completamente. Ahora me arrepiento de no haber seguido... ahora podría estar estudiando las canciones de “Cabaret” y quizás pasando un rato más ameno. La obra que representamos fue “T'odio amor meu”. Nuestra escena quedó... no sé. Yo me sentía bien bailando. Si os confío un secreto, la verdad es que no podía mirar a mi madre o mi hermana. Me entraba la risa. Raro, raro, raro.


Mañana me compraré el violonchelo. Sí, por fin. En setiembre empiezo las clases. El otro día fuimos a casa de mi futuro profesor para una entrevista y me preguntó si había tocado algún instrumento antes y cuál era la razón por la que la música me atraía a los 16 años de edad. La verdad es que a mí siempre me gustó pero me apunté al baile y dejé a parte ese mundo. Tras mi accidente tuve una temporada de no hacer nada. Absolutamente nada. Eso no era bueno para mí, por lo que me apunté al gimnasio y con ello, acabé decidiendo que quería estudiar música. Algo mayor quizás... Ésto es como la danza, supongo. Necesitas tener las tablas mínimas desde pequeño para así ir creciendo y aprendiendo día a día. Pero, ¿sabéis lo que pienso yo? Nunca es tarde para nada.

Para terminar, no creas que me olvido de ti. Sé que no me lees. Nunca, jamás te daría mi dirección para que lo hicieras. Tras haberte visto el otro día sólo puedo decirte que has conseguido que te escriba otras canciones. Las cuales nunca escucharás ni leerás porque ésto nunca lo sabrás. Aún así, te quiero. Y de verdad.

PD: He querido resumir tanto que me ha quedado todo muy cortado, sin enlace alguno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario